El alcohol es una de las sustancias más consumidas en el mundo y, al mismo tiempo, una de las que más consecuencias negativas genera en la salud y en la sociedad. Aunque muchas veces se normaliza su consumo en reuniones sociales o celebraciones, es importante conocer cómo afecta al cuerpo y a la mente, tanto a corto como a largo plazo.
🔹 Efectos en el cuerpo
El consumo de alcohol impacta diversos órganos y sistemas del organismo:
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Hígado: el consumo excesivo puede causar cirrosis, hepatitis alcohólica y daño hepático crónico.
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Corazón: aumenta el riesgo de hipertensión, arritmias y enfermedades cardiovasculares.
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Sistema digestivo: irritación del estómago, gastritis y mayor probabilidad de cáncer gastrointestinal.
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Sistema inmunológico: debilita las defensas, aumentando la vulnerabilidad a infecciones.
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Accidentes: reduce la coordinación motora y los reflejos, incrementando el riesgo de caídas y choques.
🔹 Efectos en la mente
El alcohol no solo afecta al cuerpo, también tiene un impacto directo en el cerebro y la salud mental:
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A corto plazo: desinhibición, alteraciones del juicio, pérdida de memoria y cambios de humor.
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A largo plazo: ansiedad, depresión, trastornos del sueño y deterioro cognitivo.
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Dependencia: la necesidad de consumir para sentirse “normal” es una señal de adicción.
🔹 Consecuencias sociales y familiares
Más allá de los efectos físicos y psicológicos, el alcohol repercute en la vida social:
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Discusiones y violencia familiar.
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Problemas laborales y escolares.
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Accidentes de tránsito y problemas legales.
🔹 Conclusión
El alcohol, aunque sea una sustancia legal y socialmente aceptada, no está libre de riesgos. Reconocer sus efectos en el cuerpo y la mente es el primer paso para tomar decisiones más conscientes sobre su consumo.
En Centros CEA trabajamos para apoyar a las personas que enfrentan problemas relacionados con el alcohol, brindando programas integrales de recuperación y reinserción social.