Las metanfetaminas, conocidas también como “cristal” o “meth”, son drogas altamente adictivas que afectan directamente el sistema nervioso central. Su consumo produce una sensación de euforia intensa, pero los daños que ocasionan en el cuerpo y la mente son devastadores, incluso con un uso a corto plazo.
🔹 Efectos a corto plazo
El consumo de metanfetaminas genera una descarga masiva de dopamina en el cerebro, lo que provoca:
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Euforia intensa y aumento de energía.
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Disminución del apetito y del sueño.
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Ansiedad, paranoia y conductas agresivas.
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Aceleración del ritmo cardíaco y aumento de la presión arterial.
Aunque estos efectos pueden parecer atractivos para algunos, vienen acompañados de un desgaste físico y mental severo.
🔹 Efectos a largo plazo
El uso prolongado de metanfetaminas puede llevar a consecuencias graves y permanentes:
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Daños cerebrales: pérdida de memoria, problemas cognitivos y alteraciones emocionales.
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Trastornos psicológicos: psicosis, alucinaciones, paranoia crónica y depresión.
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Impacto físico: pérdida extrema de peso, caries severa conocida como “boca meth”, problemas en la piel y envejecimiento prematuro.
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Altísimo riesgo de adicción: la dependencia a la metanfetamina es una de las más difíciles de tratar.
🔹 Consecuencias sociales
El consumo de metanfetaminas no solo destruye la salud, también afecta la vida social y familiar:
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Ruptura de vínculos afectivos.
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Pérdida de empleo o abandono escolar.
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Conductas delictivas para mantener el consumo.
🔹 Conclusión
Las metanfetaminas representan un grave peligro para la salud y la vida de quien las consume. Aunque la euforia inicial pueda parecer atractiva, sus consecuencias físicas, mentales y sociales son devastadoras.
En Centros CEA, ofrecemos programas especializados para tratar la adicción a las metanfetaminas, acompañando al paciente y a su familia en cada etapa de la recuperación.